03 Dic La Rehabilitación
Rehabilitación – Un duro proceso que se puede prevenir.
Cualquier proceso de rehabilitación de una lesión o patología suele ser muy traumático. Tanto por el dolor que conlleva la causa, la carga psicológica del mismo y el sacrificio que supone el proceso de recuperación.
De ahí la necesidad de un plan de recuperación física personalizada, coherente y profesional. Una mala rehabilitación puede hacer el proceso insostenible o conducir a una situación peor que la inicial.
Por otro lado, aplicar el tratamiento acertado en la etapa inicial de la lesión hace que la inflamación, la inmovilidad y la pérdida de tono muscular sean menores.
Es necesario, en cualquier caso, trabajar junto con el fisioterapeuta (en un primer lugar) y con el preparador físico (en segunda instancia) y seguir en todo momento sus recomendaciones.
Por último, es necesaria una actitud positiva ante el proceso de recuperación y no caer en la frustración, el desánimo y el aislamiento, que no son más que estados de ánimo ralentizadores del proceso de recuperación y posibles recaídas.
Desde el diagnóstico de la lesión hasta la vuelta a la normalidad, deberemos pasar por diferentes etapas, siempre supervisadas por el preparador físico y el fisioterapeuta. A nivel general dichas etapas podrían ser las siguientes:
- Minimización de la inflamación
Durante la fase crítica, en la que el dolor es más agudo, se suele aplicar el método reposo, frío local (hielo), compresión de la zona y elevación de la extremidad, así como la limitación de movimiento del miembro afectado. Es fundamental mantener la forma física general. No hay que esperar a que la lesión desaparezca para ponerse de nuevo en forma. - Desarrollo de la movilidad y la fuerza de la zona lesionada
Para la mayoría de las lesiones, casi desde el primer momento se puede establecer una serie de ejercicios muy suaves. El tono muscular puede mantenerse con sencillos ejercicios, mediante estimulación eléctrica, etc. - Realización de ejercicios funcionales
Una vez recuperada la fuerza, se puede empezar a desarrollar actividades funcionales. Los ejercicios de balance muscular así como de agilidad pueden devolver la coordinación perdida durante las primeras fases de la recuperación. - Ejercicios específicos
Si los ejercicios funcionales han producido un evidente progreso en la movilidad, fuerza, resistencia y agilidad del deportista, es el momento de afrontar ejercicios que conlleven movimientos específicos de la zona lesionada.
Prevención
En todo caso, la mejor manera de evitar una rehabilitación, es la prevención. Con práctica de ejercicio físico regular y especializado, se atenúa y eliminan tanto la frecuencia de padecer dolores-lesiones-patologías así como la gravedad de las mismas.
Por ejemplo, un buen tono muscular disminuirá considerablemente los dolores de espalda y una buena preparación cardiovascular disminuirá la frecuencia y gravedad de las afecciones cardiovasculares (infartos, hipertesión, etc.) así como estados de apatía y de depresión.
Recuerda que si sufres una lesión siendo una persona que practica deporte la rehabilitación será mas fácil. Por eso desde Ánimae Health Studio te aconsejamos que realices cualquier actividad física y si puede ser de forma supervisada por profesionales.
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